Cuando se habla de “proyecto de modernidad”, tiende a asociarse a un movimiento de avance en donde muchas veces el lenguaje es impreciso. Es decir, que el hacer cotidiano del hombre moderno por estar a la vanguardia del consumo, pierde la visión al momento de invertir en un programa educativo de calidad.
Esto obedece a que una de las características de esta nueva etapa de la historia es la transformación del lenguaje, como institución operativa de la socialización.
Este hecho se justifica en el escenario de que los procesos comunicativos varían cada vez más en la definición de lo que los individuos de hoy necesitan “ser” para universalizarse. Y, como un punto de referencia que atiende este fenómeno es el trabajo que ha venido realizando La Fundación Centro Electrónico de Idiomas desde el año 1970 en Colombia. La cual codificó la intención social al ampliar el espectro comunicativo de una sociedad. Propulsando un programa nacional de educación moderna en el área de la enseñanza de segundas lenguas. El componente humano que ha cubierto este proyecto ha sido el de dimensionar los sueños de muchos nacionales, para globalizar su futuro a horizontes que nutran su educación social. Así mismo, poner a su alcance herramientas que reconstruyan su calidad de vida y la de su país.
El haber pensado en un individuo hablante de dos idiomas o más, es la evidencia de una empresa que apostó por gestar la modernización de la sociedad colombiana a través de la cultura comunicativa de avanzada.
Quienes se han formado en este recinto, han vivido la experiencia de ser un latinoamericano integrado al mundo.
Esta crónica de lo que ha sido la Fundación Centro Electrónico de Idiomas sigue alimentándose de un ideal novedoso y original.
Hoy en el marco de las dinámicas del siglo XXI, su proyección corporativa se sincroniza a las creativas maneras de reinvención de los colombianos en el emprendimiento de su futuro. Diseña en su modernización gradual estrategias de aprendizaje que optimizan el tiempo de entrenamiento y preparación para la plurilengualidad.
Hoy, La Fundación enseña lenguas extranjeras empleando metodologías transmedia que ubican a sus estudiantes en una experiencia real de aprendizaje.
Esto está significando un nuevo concepto institucional, puesto que el CEI no es una empresa expendedora de programas educativos complementarios aislados, sino una sociedad institucional que crea los componentes organizadores de mentes globalizadas.
Atendiendo a este panorama, esta organización a sus 50 años de trayectoria confirma ser el lugar concientizador de que el crecimiento profesional está vinculado al desarrollo de competencias y habilidades para interactuar con los discursos de una cultura global.
En esto yace implícita la invitación de creer que Colombia cuenta con una Fundación de referencia académica en el proceso de bilingüismo, a la cual usted le debería apostar.